El contacto que ejerzo con las manos en mis clases registra,
y me informa sobre la estructura y el equilibrio, la anticipación, la agitación, el esfuerzo, la armonía, la coordinación y la tranquilidad. Es por tanto un contacto de escucha, de empatia y contraste sobre la no anticipación, donde profesor y alumno de manera dinámica dejan de hacer lo innecesario.